domingo, 25 de octubre de 2015

Problemas en la segunda mitad del siglo XX

El conflicto bélico con Honduras
La década de 1950 tuvo un balance muy positivo en El Salvador. Económicamente hubo un excepcional aumento de ingresos, por lo que dentro de pocos años el país, o al menos parte de él, modernizó su infraestructura construyendo nuevos puentes, carreteras y viviendas principalmente. Además se ampliaron los programas educativos y de salud, a la vez que la Seguridad Social también pudo ser incrementada. A comienzos de la década del ´60 se puso en marcha la primera de las muchas reformas económicas que habrían de aplicarse en el país hasta los años ´80. Pero no todo fue positivo durante el comienzo de la segunda mitad del siglo XX para El Salvador. A causa de la sobrepoblación que vivía este país centroamericano, muchos salvadoreños se habían visto obligados a emigrar ilegalmente a Honduras El conflicto entre ambos países estalló en 1969, después de que el gobierno hondureño impulsara una reforma agraria que obligaba a las cerca de 40.000 familias de ilegales salvadoreños a regresar a su país de origen. Fue entonces que se desató la Guerra del Fútbol, llamada así porque empezó poco después de haber acabado las eliminatorias para el Mundial de Fútbol. El Salvador atacó una base militar en el aeropuerto de la capital hondureña, por lo que la OEA se vio obligada a intervenir para ayudar a terminar con el conflicto.

 Intervencionismo militar y la guerra civil
Durante la década de 1970 comienza una larga fase de intervencionismo militar en la política salvadoreña. En 1972 el coronel Arturo Armando Molina fue elegido presidente. Sin embargo hubo una acusación de fraude electoral por parte de su oponente, el civil José Napoleón Duarte, quien inmediatamente se vio obligado a exiliarse. La misma situación se vivió nuevamente en las elección presidencial siguiente (1977), donde nuevamente hubo acuso de fraude electoral, esta vez al ganar la presidencia el general Carlos Humberto Romero. A esas alturas la violencia se hizo presente, y tanto las peleas como los asesinatos entre simpatizantes y opositores se convirtieron en algo del día a día y poco después El Salvador se convirtió en un caos total. Una Junta cívico-militar liderada por el coronel Adolfo Majano obligó al general Romero en 1979 a abandonar la presidencia. La Junta, de tendencia reformista, intentó entonces mejorar la situación de la población y por lo tanto impulsó una reforma agraria y nacionalizó el comercio exterior y la banca. Sin embargo, no fue capaz de quebrantar la polarización existente en la población. Tampoco pudo acabar con la guerrilla y la espiral de violencia siguió aumentando vertiginosamente. Los asesinatos se convirtieron en rutina, sin embargo el asesinato del arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero, perpetuado a comienzos de 1980 por escuadrones paramilitares de extrema derecha, impactó mucho a la población. A finales de año el ex candidato a la presidencia, el demócrata cristiano Duarte, volvió de su exilio y asumió la presidencia de la Junta con el apoyo de los Estados Unidos. Mientras tanto, y porque la guerrilla salvadoreña estaba siendo financiada por los cubanos, Estados Unidos decidió ofrecerle apoyo monetario y entrenamiento militar al ejército de El Salvador.
Durante los años 1980 y 1981 se siguió generalizando la guerra civil entre el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) que agrupaba a la izquierda y a la guerrilla y el gobierno, que recibía el apoyo de la oligarquía salvadoreña.
Tres años después de haberse hecho con el poder, la Junta cívico-militar, con Duarte a la cabeza, convocó elecciones constituyentes. Después de aprobar una nueva Constitución, la Asamblea Constituyente votó unánimemente como presidente interino para Álvaro Alfredo Magaña. Éste convocó elecciones presidenciales en 1984, de las cuales nuevamente fue Duarte quien salió elegido como presidente. Durante este mandato Duarte tuvo que afrontar una gran catástrofe natural, ya que en octubre del año 1986 hubo un terremoto que causó más de mil muertes y que ocasionó severos daños en el centro y en la periferia de San Salvador. En ámbito político en 1987 se iniciaron las negociaciones con la guerrilla (FMLN) y se llegó al Acuerdo de Esquipulas. Sin embargo el FMLN no aceptó este acuerdo por las diferencias con el gobierno de Duarte y por lo tanto el conflicto continuó.

 Transición a la democracia
En 1989 Alfredo Cristiani, candidato de la Alianza republicana nacionalista (ARENA), de extrema derecha, ganó las elecciones presidenciales. Finalmente, y después de tener que ser interrumpidas las conversaciones de paz con la guerrilla a causa de una ofensiva lanzada por ésta, durante el mandato de Cristiani y con ayuda de la ONU, en 1991 se llegó a un acuerdo de paz definitivo con la guerrilla. En las siguientes elecciones nuevamente triunfó un candidato de ARENA, Armando Calderón.
Tras estos hechos El Salvador sigue viviendo hasta hoy un lento proceso de pacificación, tras largos años de guerra civil, la que recién acabó en 1992 con la firma del Acuerdo de Chapultepec. El balance de la guerra civil es devastador: alrededor de 75.000 salvadoreños fueron asesinados, la mayoría de éstos civiles. Bajo la supervisión de la ONU se concretó el cese del fuego, se disolvieron los escuadrones de la muerte y los cuerpos de seguridad pública, se creó la nueva Policía Nacional Civil (compuesta por civiles, ex guerrilleros y ex combatientes de las fuerzas de seguridad). Además se dio paso a una Comisión de la Verdad, encargada de recolectar información acerca de las violaciones a los derechos humanos durante la guerra.
En 1993 se dieron a conocer los resultados de la investigación de la comisión apoyada por la ONU y como era de esperarse, los culpables resultaron ser tanto guerrilleros como militares. Se dio la recomendación de destituir de sus respectivos puestos a los culpables, pero en vez de eso lo que reinó fue la impunidad. Apelando al ideal de la reconciliación nacional, la Asamblea Legislativa aprobó unánimemente una amnistía general para todos los inculpados.
El siguiente presidente, Armando Calderón, también fue de ARENA y asumió el cargo a mediados de 1994. A finales de 1998 el huracán Mitch produjo enormes pérdidas para el país. Las cosechas de café se perdieron casi en su totalidad, mientras que cientos de 

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